ASI NACIÓ EL PANCHO (O HOT-DOG O FRANKFURTER)
Según cuenta una tradicional leyenda, fue a mediados de mayo de 1805 cuando el carnicero Johan Georg Lahner, oriundo de Gasseldorf, en Franconia, colgó las primeras salchichas en la vidriera de la pequeña tienda que tenía en el distrito séptimo de Viena.
Lahner (1772 - 1845), que aprendió su oficio en Francfort, llamó a su creación simplemente "frankfurter", aunque su invento se dio a conocer en el mundo como "salchicha de Viena" o "salchicha vienesa".
Estas finas salchichas, que se elaboraban ahumadas o hervidas, se hicieron populares muy rápidamente, y hasta el día de hoy se conocen en Austria como "frankfurter", lo que suele confundir a los turistas alemanes.
Por ese entonces, el emperador Francisco I las disfrutaba en cada uno de sus desayunos y, tal como lo disponía el protocolo de la época, las comía sólo ayudándose con sus dedos.
Pero aquellas salchichas de Viena no eran precisamente como las actuales. Consistían en carne de cerdo o de vaca a las que se les había quitado los tendones. Al principio, la carne se despedazaba a mano y luego se ablandaba golpeándola con palos. Más tarde, a la carne se le agregaba agua y era procesada en una máquina picadora, operada por seis hombres con bastante fuerza.
Esta receta básica se mantiene hasta el día de hoy, aunque con algunos cambios. La cantidad de grasa por ejemplo, se redujo con el tiempo de un 40 a un 20% aproximadamente.
Las salchichas de Viena nunca consiguieron entrar a las cocinas más selectas del mundo, lo que no afectó para nada su popularidad mundial. Sólo en Austria se consumen anualmente ¡630 millones de salchichas!.
La verdadera fama le llegó a la salchicha cuando se la empezó a "aplastar" entre dos trozos de pan, algo que sucedió en Alemania hace poco más de 100 años. Por lo mismo, siempre ha existido una "polémica" entre austríacos y alemanes sobre el verdadero lugar y la real fecha del nacimiento del hot - dog.
La leyenda alemana cuenta que el dueño de un pequeño bar, llamado Anton Feuchtwanger, comenzó en 1904 a ofrecer ricas salchichas vienesas, aderezadas con ketchup y mostaza. Aunque el bocadillo era muy demandado, se topó con un problema: los clientes se quemaban y ensuciaban los dedos al degustarla.
Pero como utilizar cubiertos no era la gracia, este señor tuvo que ingeniárselas. Junto con el plato comenzó a ofrecer un par de prácticos guantes. Pero los clientes se los llevaban "de recuerdo" y, al final, el negocio no resultó rentable.
En vista y considerando, el comerciante recurrió a su medio hermano, que era panadero, quien ideó un pan alargado capaz de contener la vienesa, otorgándole, de paso, un gran valor agregado. Así nació el hot - dog tal como lo conocemos hoy. Rápidamente fue introducido en el resto de Europa, también en Cuba, Argentina, Chile y Estados Unidos. Ahora todo el mundo come completos, hot-dogs, perros calientes, panchos o completos, según el país donde se encuentren.
Lahner (1772 - 1845), que aprendió su oficio en Francfort, llamó a su creación simplemente "frankfurter", aunque su invento se dio a conocer en el mundo como "salchicha de Viena" o "salchicha vienesa".
Estas finas salchichas, que se elaboraban ahumadas o hervidas, se hicieron populares muy rápidamente, y hasta el día de hoy se conocen en Austria como "frankfurter", lo que suele confundir a los turistas alemanes.
Por ese entonces, el emperador Francisco I las disfrutaba en cada uno de sus desayunos y, tal como lo disponía el protocolo de la época, las comía sólo ayudándose con sus dedos.
Pero aquellas salchichas de Viena no eran precisamente como las actuales. Consistían en carne de cerdo o de vaca a las que se les había quitado los tendones. Al principio, la carne se despedazaba a mano y luego se ablandaba golpeándola con palos. Más tarde, a la carne se le agregaba agua y era procesada en una máquina picadora, operada por seis hombres con bastante fuerza.
Esta receta básica se mantiene hasta el día de hoy, aunque con algunos cambios. La cantidad de grasa por ejemplo, se redujo con el tiempo de un 40 a un 20% aproximadamente.
Las salchichas de Viena nunca consiguieron entrar a las cocinas más selectas del mundo, lo que no afectó para nada su popularidad mundial. Sólo en Austria se consumen anualmente ¡630 millones de salchichas!.
La verdadera fama le llegó a la salchicha cuando se la empezó a "aplastar" entre dos trozos de pan, algo que sucedió en Alemania hace poco más de 100 años. Por lo mismo, siempre ha existido una "polémica" entre austríacos y alemanes sobre el verdadero lugar y la real fecha del nacimiento del hot - dog.
La leyenda alemana cuenta que el dueño de un pequeño bar, llamado Anton Feuchtwanger, comenzó en 1904 a ofrecer ricas salchichas vienesas, aderezadas con ketchup y mostaza. Aunque el bocadillo era muy demandado, se topó con un problema: los clientes se quemaban y ensuciaban los dedos al degustarla.
Pero como utilizar cubiertos no era la gracia, este señor tuvo que ingeniárselas. Junto con el plato comenzó a ofrecer un par de prácticos guantes. Pero los clientes se los llevaban "de recuerdo" y, al final, el negocio no resultó rentable.
En vista y considerando, el comerciante recurrió a su medio hermano, que era panadero, quien ideó un pan alargado capaz de contener la vienesa, otorgándole, de paso, un gran valor agregado. Así nació el hot - dog tal como lo conocemos hoy. Rápidamente fue introducido en el resto de Europa, también en Cuba, Argentina, Chile y Estados Unidos. Ahora todo el mundo come completos, hot-dogs, perros calientes, panchos o completos, según el país donde se encuentren.
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