
Hay tendencias en el mundo que son hijas del estrés y el vértigo citadino. Los celulares, por ejemplo, se volvieron oficinas móviles y las cadenas de comida rápida nacieron para maximizar la hora del almuerzo de los trabajadores. En la misma línea y para no quedarse atrás, el café ganó las calles del primer mundo gracias a los envases térmicos descartables y ahora intenta asentarse como costumbre en Mendoza.
En nuestra provincia ya no es raro ver a alguien con vaso en mano mientras va camino al trabajo. Es una alternativa que explotaron las cafeterías que se instalaron en el centro y que en su mayoría son franquicias de Buenos Aires o de otros países, lugares donde el café para llevar y tomar en la calle forma parte de la rutina cotidiana.
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