NUEVO RESTAURANTE EN LA BODEGA SEPTIMA

Ni el lugar, ni la noche podían ser mejores. La invitación, esta vez, era para conocer el restaurante "María", que la Bodega Séptima inauguraba. Realmente no soy de presentarme espontáneamente en evento sociales, pero, como ya dije antes... los buenos vinos me pueden. Y esta noche prometía un buen tributo al Dios Baco.

La bodega tiene una vista espectacular de los andes, de echo queda al pie de las montañas, y aunque de noche la vista se pierde un poco uno no puede dejar de visitar la terraza con sillones y música tipo "tangoelectrónicochilloutnadazafadotranqui" y disfrutar del airecito de montaña pegándole a uno en la cara. Todo nos recuerda que estamos vivos, música, vino y aire. Como detalle, talón de aquiles seguramente de las bodegas de esta zona, queda cerac de una refinería de YPF que realmente lo pone a uno incómodo. Una pena entre tanta naturaleza.

Empecé tomando el vino clásico de la bodega, un varietal que lleva su nombre, rico. Pero en un momento me acerqué a la barra de expendio de vinos y ví que a un veterano de guerra en esto de los cockteles, le servían un vinito medio canuto de atrás de la barra. Amablemente le pregunte a la encargada de llenar nuestras copas de úé se trataba lo que tomaba el señor, y me contó acerca de "Séptimo día", malbec y cabernet, vino mimado de la bodega.Le pregunté si se podía tomar y amablemente me dijo que obvio. Se me puso la piel de gallina por un momento, pero sin que nadie se dé cuenta seguí con mi marcha sin tregua por los caminos de la degustación.

Ya entrada la noche, directamente me traje una botella a mi mesa. Estaba cansado de pararme la verdad. Acá esta la foto del pinot de la colección, al que, muy atinadamente le pusieron "Séptima noche", en vez de "Séptimo día". Muuuy rico todo.

Había también, unos bartender que hacían malabarismo con botellas. se podían tomar mojitos, caipirinhas, fernet, lo que sea. Opté por alejarme rápido de ahí para evitar el desastre. No sin antes agradecer como corresponde, claro.

Otro destacdo de la noche fue el champán, el espumante como se dice ahora. Tampoco mezclé mi noble tinto en esta oportunidad, pero "María" como se llama el burbujeante amigo, fué muy bien recibido por las chicas de nuestro grupo, que tomaron por ellas y por todos los demás concurrentes. Una vergüenza. Pero bueh, esa es otra historia.

Contamos también con una exposición de arte a cargo de Ernesto Bertani, muy bueno la verdad. Acá les dejo un enlace para que vean algunas obras más. Me gustaron mucho sus cuadros. Lo busqué en internet y encontré más cosas para resaltar. Para recomendar

El menú estuvo a cargo de Matías Podestá, quién además está a crago de la asesoría gastronómica. Hubo unas salchichas envueltas en masa con chucrut abajo servidas en unos cucharones de loza blanca, pinchos de todo tipo y color, unos shots de camarones con palta para comer con cucharita, unas brusquetas de cebolla glaseada con queso azul, empanadas de chorizo y de morcilla... todo muy rico. Antes de irnos nos dieron unos dulces: tiramisú con forma de pizzetitas, unos cocos con mousse de chocolate, tartitas dulces de todo tipo.

Final de fiesta y vuelta a casa.

Vendremos nuevamente. Sin dudas.