Recuerdo que cuando comencé a trabajar en Recoleta, allá por el año 89/90, uno de los primeros comentarios que escuche fué: "En el restaurante "Luca" de la otra cuadra, trabaja un mozo puto". El comentario, seguido de burlonas risotadas, era todo un hallazgo. "Un mozo puto!", repitió otro.
Hoy, años más tarde me río de la anécdota pensando en que dirán hoy aquellos viejos representantes de la alta gastronmía porteña. Es más donde andarán??. Acaso existe hoy en Bs as un lugar de trabajo donde no los haya?. Está bien, pasaron casi 20 años desde esta anécdota, pero así era la cultura gastronómica del mozo de bigote, chaleco y moño.
Yo sospecho, pues en mi restaurante hay 15 tipos y todos se declaran heterosexuales. Alguno tiene que haber muchachos, si hay uno cada 10... Cual es el problema?. Ok.
Tal vez en las provincias no está el tema sexual tan liberado como en los hoteles y restaurantes de la Capital. Pero debe ser en todos los aspectos, no solo en este gremio, no?.
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